Últimamente no paro de darle vueltas a una cosa: qué significa para mí tejer.
Cada día que pasa, cada nuevo proyecto que pienso, cada patrón que redacto, cada explicación que ofrezco… Todas y cada una de estas experiencias me hacen volver al mismo pensamiento: qué significa para mí tejer. ¿Tú te lo has preguntado alguna vez?
Tejer es una actividad muy personal. Quienes están suscritas a nuestra lista conocieron hace un par de semanas a mi abuela Clara y a mi tía Julia, 89 y 95 años respectivamente. Ellas fueron las maestras de mi madre, y también las mías.
Mi abuela Clara y mi tía-abuela Julia
Cada vez que voy a verlas al pueblo busco un momento para seguir aprendiendo de ellas. Ellas empezaron a hacer punto en la escuela con Doña Mercedes, su maestra. Más tarde ellas enseñaron a las alumnas más pequeñas, y el conocimiento pasó de una generación a otra.
Mi madre comenzó a tejer cuando era muy pequeña, con 5 o 6 años ya tejía sus propias bufandas, chalecos, gorros o patucos. Tanto para mi abuela, para mis tías abuelas como para mi madre tejer no tiene secretos. Son intuitivas 100%, son resolutivas e ingeniosas. Muchas veces me he parado a pensar qué hubiera pasado si el boom Do It Yourself les hubiera cogido más jóvenes. Yo no puedo tejer con esa soltura, ni tengo esa intuición y me pregunto: ¿Lo conseguiré con la práctica? Estoy en ello, lo contaré cuando lo sepa.
Por eso creo que tejer hoy no significa lo mismo que en el pasado. Hoy puede ser una búsqueda de identidad y sentimiento de pertenencia, la necesidad de hacer algo en tu tiempo libre, recuperar la tradición de la familia, saciar la curiosidad de sentir qué es hacer algo por ti misma…
Antes simplemente aprender a hacer punto era algo natural; se enseñaba y se aprendía de manera diferente.
Quienes conozcan la historia de mi madre saben que hace 30 años, siendo yo pequeña, tejió miles de prendas, y formó una mini-empresa de tejedoras con mujeres de su pueblo. Sus diseños se vendieron por toda Andalucía. Ella misma te lo cuenta aquí.
Abundan los artículos en los que se habla de que tejer es una actividad muy sana, que aporta un montón de beneficios, desde agilizar la mente y la psicomotricidad, potenciar la concentración o que tejer es el nuevo yoga.
Yo he llegado a una conclusión, que en realidad, es un resumen de todas ellas, o quizás la última consecuencia. Para mí tejer es una manera de conocerme. He descubierto muchas cosas de mí y he mejorado otras tantas gracias a aprender a tejer.
Me di cuenta de que era impaciente y ansiosa. Aprendí a tener calma, y darme cuenta de que no por ser más rápida iba a ser mejor.
Me di cuenta que era muy impulsiva, y que muchas veces me dejaba llevar por la primera impresión. Me refiero a que los colores primaban sobre otras decisiones, y para tejer mucho y bien tienes que valorar otros conceptos como la torsión, la estación del año, las formas y el diseño.
Muchas veces en mi vida me he movido por impulsos… Algunos no lo crearán, pero a raíz de pararme a pensar en todos los condicionantes que afectan a una buena prenda, ahora me fijo más en los detalles y me tomo un tiempo para decidir. Un ejemplo: los 2 últimos años los pasé mudándome una y otra vez, alquilaba y desalquilaba casas como el que se cambia de camisa. Ya no volveré a mudarme a lo loco.
Me di cuenta que para trabajar bien necesito saber qué va a ocurrir de principio a fin. He aprendido a organizarme, a poner prioridades y lo mejor, he aprendido a poner límites. Los viernes procuro dejar de trabajar a las 14.00, salgo de casa y hablo, río y paso tiempo con las personas que me importan. El resto del fin de semana suelo tejer como sistema para no quedarme nunca sin ideas.
Probablemente mi madre, mi abuela o mis tías no vivan el punto como lo vivo yo. Yo, que pertenezco a una generación en la que aprender este tipo de «labores» no formaba parte del día a día, el punto ha llegado en el momento oportuno. Soy intuitiva para manejarme en la redes sociales, soy valiente para aprender un nuevo programa de ordenador, soy curiosa porque quiero saber cómo funciona esta aplicación móvil o esta otra, soy impaciente si el ordenador no responde, busco los detalles que me cautiven en cada web o blog nuevo al que llego…
¿Cómo puedes ser curiosa, valiente, intuitiva, rápida o detallista tejiendo?
Se que es posible, de hecho yo descubro cada día una nueva versión de mi misma en relación a las dos agujas.
Y al final con los ovillos y las agujas hemos construido un mundo que no para de darnos alegrías. Por fin hemos hecho las fotos de todas nuestras creaciones tejeriles primaverales y veraniegas.
Cuando estás en el estudio, con el fotógrafo, la modelo y lo ves todo en conjunto… Parece increíble. Mi madre y yo nos hemos rodeado de un equipo fantástico, amigos que se han sentido parte de Pearl Knitter, que han entendido todo lo que significa para nosotras, y en los resultados se nota. Lo hemos pasado en grande.
Por eso se que tú puedes vivir y sentir lo mismo.
Crea con tus propias manos, une tu mente con los ovillos y las agujas, y entonces no habrá quien te pare.
Sentirás ese orgullo de Knitter al decirle al mundo:
«Lo he tejido yo«.
Y eso, puedo asegurarlo, es un gran placer.
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Me pregunto que es para ti tejer. Si te retrotrae al pasado porque te recuerda a quien te enseñó, si aprecias esa sensación tan brutal de saber que vas a crear algo por ti misma, si conoces esa magnífica sensación de hacer regalos únicos…
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Precioso Clara y una gran verdad…
Yo jams pensé que podría aprender a tejer, soy nerviosa, impaciente, torbellino e impulsiva… pero en una etapa de mi vida, nada lejos de 2014 encontré en mi casa una aguja de crochet y alguien me dijo que me ayudaría a relajarme y a mantener la mente ocupada en otra cosa y así empecé…
Hoy, es todo un descubrimiento para mi, algo que necesito, que me lo pide el cuerpo cuando llevo un tiempo sin hacerlo, es relax y sobre todo, es un momento para estar sola conmigo misma y mis dos agujas… y ni que decir tiene, que Pearl Knitter está haciendo que quiera llevar mas lejos, tanto que si no es por vosotros nunca me hubiese atrevido a hacer un sweater, prometo enseñarlo cuando lo tenga listo 🙂
Ay! Vanessa, somos de la misma generación, y eso se nota. Pensando que no seríamos capaces y ahora míranos! Estoy muy contenta de que te hayas atrevido con el Maya Sweater, deseando ver el resultado y que lo luzcas por ahí como la Pearl Knitter que eres! Esto promete 🙂
Muchas gracias por tus palabras.
Abrazo grande! 🙂
Pues sí, Clara, esas cosas que cuentas, algunas, también las he vivido yo… Y creo que se vive de una forma muy diferente cuando aprender a tejer es una asignatura más en el colegio (como para nuestras abuelas) o es una manera de conectar contigo misma y disfrutar de tu tiempo libre. Y me alegro tanto de que mi madre y mi abuela me enseñaran desde niña a familiarizarme con el punto!!!
Me encanta también eso que se dice, que tejer es el nuevo yoga!! Pues no sé, porque yo no he practicado nunca yoga, aunque a veces me lo planteo, pero la verdad es que a mí hacer punto me relaja mucho 🙂
Y sí, eso que dices de que con cada prenda que tejes, te conoces más, no es ninguna tontería: cada cosa que uno hace con sus sentidos, su mente y su corazón, esa gran conexión, ayuda en muchos aspectos a conocerse mejor.
Muy buen post, Clara, porque me lo leí ayer con prisas y no lo disfruté. Sin embargo hoy, con la calma mañanera… me ha llegado!!
Un abrazo!!
Vaya Isabel… pues tu comentario me ha llegado a mi a la patata 🙂 Muchas gracias por releer el post, y por compartir con todos tus sensaciones. Se ve que hay un cambio generacional en cómo aprendemos y en cómo lo vivimos, y ese es otro de los plus que le encuentro a toda esta aventura lanera. No dejar nunca de aprender y de conocer, no solo técnicas de punto, también a las personas que están detrás de las agujas y los ovillos. Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo bien grande 🙂
Me ha encantado el blog y port , de hecho me quedo aquí!!!
Aunque yo he vuelto a las lanas y colores, tejiendo mándalas, ya me he apuntado con un crochet y palillos, he estado buscando información, ya que yo también solo tejí en la escuela, somos de otra generación la de lo rápido y inmediato, creo que algunas sin querer hemos retomado estas costumbres que son ancestrales y eso me parece maravilloso, felicitaciones por el blog, cariños desde Chile!
¡Bienvenida Yasna! Me alegra mucho que te haya gustado y más aún que te quedes con nosotras. Un abrazo grande 🙂