Este verano me propuse tejer varios proyectos, pero con tanto ir y venir, finalmente mis intenciones pasaron del plural al singular, y de querer tejer muchas cosas terminé por tejer y deshacer varias veces el mismo proyecto hasta que el Köln Sweater vio la luz. Hoy te cuento cómo fue el proceso y los diferentes estados por lo que pasé hasta llegar al resultado final.
Todos los proyectos tejeriles tienen algo especial, una vez que los terminas tienen la capacidad de hacerte recordar las vivencias que lo han acompañado hasta terminarlo, lo comenté antes del verano, y es que al igual que las fotografías tienen el poder de devolverte lo que has vivido; para mí los jerseys que tejo han adquirido esa misma cualidad.
Teja lo que teja, cuando observo mi proyecto terminado, siempre desprende una serie de emociones, de recuerdos o de estados de ánimo. No deja de maravillarme como el hecho de tejer cada punto, pasar cada vuelta, o cuando he tenido que deshacer, irrumpe en mi memoria cual magdalena de Proust transportándome a otro momento.
Cuando observo mi Köln Sweater lo primero que se me viene a la cabeza es que compré los materiales impulsivamente, sin pensar ni en la cantidad que necesitaría, sin tener claro qué quería tejer, sólo supe que quería utilizar esos 4 colores: amarillo, gris, verde agua y rosa. Así que cuando miro mi sweater lo que veo es a esa tejedora impulsiva, desorganizada y caótica que de vez en cuando vuelve a mí, cuando lo que siempre promulgo a través del blog o los cursos que impartimos es todo lo contrario.
Busco excusas porque tal y como conté en este post, la tienda en la que compré los ovillos es completamente irresistible, y entrar en ella hizo que sucumbiera a mi lado más consumista, ese que no se plantea las compras con orden y concierto, sino todo lo contrario. De hecho eso me valió para volver 3 veces más a la tienda. ¡Sí! 3 veces, porque conforme iba tejiendo veía que no me llegaba el material y durante las semanas que pasamos en Colonia regresaba una y otra vez para solventarlo, siempre a por 4 ovillos más.
Este proyecto escondía algo, y tejerlo me estaba diciendo más cosas sobre mí de lo que podía imaginar.
Esto no es muy habitual, normalmente procuro tenerlo todo bajo control, no comprar por comprar y me gusta tener las ideas claras desde el principio, sencillamente porque disfruto más del proceso.
Este proyecto se antojaba como una maraña de hilos mentales que había que desenredar o darles forma.
Tejido y destejido unas 20 veces, ya fuera porque el grosor de la aguja no me convencía, o bien porque no me llegaba el material, o por aquello de que llegué a tejer el delantero y la espalda con una diferencia considerable de cms, o porque la idea inicial no se parecía en nada al resultado final…
Este proyecto era puro caos y desorden, como mi cabeza y mi corazón aquellos días. Pero entonces yo tampoco podía verlo claramente.
Algo me llamó la atención, y es que en todo momento hubo siempre una intención clara en el diseño, algo que he podido ver con claridad al terminarlo, que estaba ahí, latente: sus 4 colores y cómo los utilicé.
- 4 colores para 2 piezas iguales pero diferentes.
- 4 colores visibles desde varias perspectivas, pero que permitieran elegir si un día quiero ir de verde y amarillo, o bien de rosa y gris.
- 4 colores para que si te ven de espaldas digan: «sí, la chica de rosa y gris«, pero si te das la vuelta dejes de serlo.
- 4 colores que en todo momento estén en contacto y veas cómo quedan combinados entre sí: verde/gris, verde/rosa, verde/amarillo, y así con el resto: rosa/amarillo, rosa/verde, rosa/gris, etc.
Esos 4 colores, esas dos caras visibles, y todas esas combinaciones, así como el motivo principal del zig-zag, es la expresión textil de los estados de ánimo que he vivido este verano, no es otra cosa.
Recurrí a la técnica Intarsia, también porque durante todo el verano hemos estado tejiendo nuestro Museum Sweater con muchas PearlKnitteras, y de ver cómo ellas iban avanzando en sus proyectos, yo no pude resistirme a tejer uno nuevo. Sin duda la Intarsia es una técnica que me entusiasma, quizás por la obsesión que tengo por los grandes planos de color, por lo que me gusta el Neoplasticismo holandés, o por lo entretenida que resulta ponerla en práctica.
Mis ovillos tejidos y ovillados tantas veces a lo largo del verano me recuerdan todo lo que he vivido estos meses, que a nivel personal no ha sido poco, comencé mi Köln Sweater en Alemania, pero lo terminé en mi pueblo, como tantos otros proyectos, lo paseé por aquí y por allá, y ahora cuando lo miro veo un montón de cosas:
- Me recordará siempre a la primera convocatoria de nuestro Museum Sweater y a todas las tejedoras que han participado y confiado en nosotras (por cierto, que en breve abrimos inscripciones, si quieres aprender esta técnica y tejer tu Museum adaptado a tu talla y tu manera de tejer, suscríbete, serás la primera en enterarte).
- Será inevitable pensar en Colonia, en sus olores, en sus calles, en el sofá donde me sentaba y la terraza en la descansaba.
- Este Köln Sweater contiene tanto decepciones como alegrías, porque este verano 2015 a nivel personal me ha cambiado y me ha regalado algo que no me esperaba.
- Recordaré dónde y cómo lo empecé, y cómo y cuándo lo terminé, porque el verano comenzó siendo una manera y terminó totalmente diferente, este sweater siempre tendrá la impronta de un final feliz.
Y puedes pensar que lo mismo me he vuelto una tejedora melancólica, o que se me ha ido la pinza, pero yo lo que sé, y creo que ahí todas podemos estar de acuerdo, es que las horas que pasamos tejiendo tienen algo mágico, y que de la nada creamos algo, y mientras tejemos un proyecto a la vez tejemos nuestros recuerdos, nuestro propio camino.
Cuando comencé este jersey en el mes de Julio no pensaba que al terminarlo en Agosto mi vida tendría un ingrediente especial, de esos que te hacen levantarte cada día con una sonrisa.
Porque mi verano, como mi Köln Sweater también ha tenido 2 caras, y la una no podría existir sin la otra.
¿Y tú? ¿Qué has tejido este verano?
¿Hay alguna prenda en concreto que hayas tejido y que te traiga recuerdos a la memoria de manera muy vivida?
Te espero en los comentarios, como siempre.
suscríbete y llévate el n.0 de PKMGZ
¡Llévate 6 minipatrones para que tejas ya mismo!
Toma ya! Qué guardadito te lo tenías! Me encanta el jersey, Clara, me ha encantado el post… y me ha encantado que, por una vez, hayas sido puro caos… 😉
¡Bienvenida al mundo de las tejedoras-filosófi-melan-bucólicas! Enhorabuena, amiga!
Ja! Hola Soraya, sí, estaba ahí escondido hasta ahora, la verdad que al estar tejido con cinta puedo darle uso hasta que llegue el frío, que por aquí nunca es nada terrible 🙂 Bueno, pues ya ves cómo ha sido el jersey que he tejido después de todo lo que nos contamos en nuestras charlas tejeriles y no tejeriles 😉 Gracias por la bienvenida a ese lado tejeril, que yo sé que tú me entiendes como la que más. Un abrazo bien grande, amiga!!
¡Qué jersey más bonito! Es precioso, Clara!
Tu estupendo post me ha sacado una sonrisa al recordarme mi «bufanda del fin del mundo»; fue lo primerito que tejí, sin saber casi ni montar los puntos, y que terminé el famoso 21 de diciembre de 2012. No sabía ni cómo cerrarla, pero estaba dispuesta a ponerme mi bufanda (pensé «no sé si pasará algo o no, pero yo por si acaso la estreno ya») así que me enfundé mi bufanda con los puntos sin cerrar, y el extremo todavía con los restos del ovillo unidos metido en el bolsillo del abrigo, hasta que mi madre me enseñó a cerrar los puntos un par de días después.
Ese fue el primer paso de una gran aventura llena de colores, hilos, amigas tejiendo alrededor de una mesa, y tardes de chimenea y jardín.
Un abrazo!
Hola Sara: ¡Muchas gracias! me alegra que te gusten ambas cosas, pero lo mejor de todo es tu recuerdo de la «bufanda del fin del mundo», me ha encantado, y lo de estrenarla por si acaso ni te cuento 🙂 Muchas gracias por compartirla con nosotras, yo admito que he llegado a estrenar cuellos sin rematar, no por el fin del mundo, pero si por ansiosa! Espero que tu aventura lanera en compañía, chimenea, y todo lo demás siga siendo tan estupendo muchos más años. Un abrazo fuerte!
Ay, Sara, ¡que yo también tengo una bufanda del fin del mundo! Fue mi primer proyecto tejeril y también quise acabarlo y estrenarla antes de ese 21 de diciembre (mírala: http://nisi501.blogspot.com.es/2012/12/fin.html). Ay, qué bueno, me ha encantado ver que no soy la única que pone nombre a los proyectos.
¡Ay, qué gracia! Y encima fue el primer proyecto tejeril para las dos! Eso era una señal, de que en vez del fin del mundo, era el comienzo de un montón de proyectos por llegar. Un saludo!
¡Hola Sara! ¡Hola Nisi! Me encanta este momento «coincidencia» 🙂 ¡Que buena cosa esos primeros proyectos que nos han llevado a tejer muchos más! Un abrazo a las dos.
Ohhhhh O.O El nuevo modelo es increíble! Eres una grandísima artista Clara.El post me ha recordado esa primera bufanda mezcla de colores inconexos y con un punto por aquí y otro allá, que empecé con 10 años y aún conservo. Qué tiempos!
Hola Beatriz: que ilusión que te guste este jersey, salvo un par de detalles con lo que has aprendido en el Proyecto Final y el Museum lo podrías tejer tranquilamente, las cuentas son más sencillas que para el Museum porque la geometría es más simple. Que bien conservar la primera prenda que tejiste de pequeña, eso si que debe traerte un montón de recuerdos… ¡Muchas gracias! Un abrazo grande!!
Me encanta el nuevo proyecto que has hecho, pero como todo lo que diseñas. Pero en este caso lo que más me ha gustado es el ingrediente final que has puesto en tu vida al finalizar Agosto. Espero que no sea pimienta y limón y si algo más picante. Ya nos lo explicarás. Un beso fuerte.
Hola Maite: muchas gracias, que bien que te haya gustado este jersey, y que bien que veas lo positivo que encierra tanto el post como el diseño, lo cierto es que a veces pasan cosas que una no se espera, y cuando te ocurren ¡pum! Todo es diferente. Ya nos veremos por Sevilla, que siempre es una alegría compartir un café (o cerveza) cuando vienes por aquí. Un abrazo enorme!!!
Hola Clara!! El jersey te ha quedado preciosísimo… Ese zigzag y la combinación de colores hacen un conjunto muy favorecedor, además de retratar las emociones que describes de tu verano.
Ese caos al que aludes es tan propio del espíritu que está en ebullición… Después todo vuelve a un cierto orden con nuevas perspectivas, hasta el próximo caos y el próximo nuevo orden, como la mismísima naturaleza. Así se avanza.
Y qué buena referencia a la magdalena de Proust. Un post redondo, Clara.
Me alegra mucho saludarte guapa! Que tengas un finde de lo mejor!
Besos y abrazos
Hola Isabel: ¡que alegría me da leerte! Muchas gracias por tus palabras, y que bien que siempre ofreces tu propia lectura de las cosas que compartimos, y siempre me resultan de lo más enriquecedoras. Te mandamos un abrazo bien fuerte, muy contenta de comunicarnos de nuevo por aquí. Besos!!!
Que cosa más linda!!! Hasta ahora siempre he tejido prendas de bebé, en su mayoría para mis sobrinos, este invierno (vivo en América del Sur) le tejí 2 saquitos a mi futura sobrina e incursioné en tejer los patucos y unas «Guillerminas» muy bonitas. Cuando lo veo siempre encuentro defectos, sobre todo en las costuras, pero mi hermano y mi cuñada han quedado encantados! Me gustaría comenzar un proyecto para mí, crees que seré capaz de tejer algo como tu suéter? Me encanta como queda el zigzag! En algún post expilcas como lo hiciste? Gracias!
Hola Alicia: claro que sí, todo lo que tejas con amor para otros siempre es bien recibido, estoy segura de que tu familia disfruta de todos y cada uno de los proyectos que has tejido para ellos. Los fallos se van corrigiendo, y cuando los localizas lo que tienes que pensar es que más adelante, al haberlos identificados ya no volverán a repetirse. ¡Así es como mejor aprendemos! Para aprender la técnica Intarsia, y los cruces de los hilos tenemos un curso con un diseño especial, pronto se abrirán inscripciones, pero puedes ver un post anterior de las diferencias entre esta técnica y el Jacquard, de manera que puedas empezar a familiarizarte con los cruces de hilos. Lo importante cuando tejes con dibujos geométricos son los cálculos, y saber adaptarlo a tu medida y tu manera de tejer, manteniendo la proporción. Todo un mundo lleno de ideas, y sobre todo creatividad en el que no te aburres nunca. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo bien grande!!!
Clara,me encanta!ya no sólo la imaginación que tienes,también la tecnica,que manos!!!
Hola Susana. ¡Muchas gracias! La técnica Intarsia es muy sencilla una vez que le coges el truco, y lo mejor es que te brinda muchas posibilidades para trabajar el color y la geometría. Mil gracias por tus palabras 🙂 Un abrazo grande.
Me ha encantado esta entrada, Clara. La leí el día que salió pero hasta hoy no he podido comentar.
Hola Nisi, muchas gracias, la verdad es que es de esas que escribes desde dentro, y de las que sin darte cuenta, como cuando vas tejiendo, cada punto y cada vuelta te conduce a algo. Un abrazo bien grande y mil gracias.